miércoles, 6 de febrero de 2008

Estres y su manejo


SOLUCIONES EN EL AREA TERAPIAS ALTERNATIVAS

¿Qué es realmente el estrés?

En las últimas décadas la palabra estrés ha sido una de las más mencionadas, tanto por los profesionales de la salud como por la población en general.

Puede ser la causa de muchos síntomas y enfermedades pero también se lo responsabiliza de una gran cantidad de trastornos orgánicos que no tienen precisamente su origen en esta patologia

En 1930 un estudiante de medicina de la Universidad de Praga llamado Hans Selye advirtió que todos aquellos enfermos que él estudiaba referían síntomas comunes como pérdida de apetito, descenso de peso, cansancio, taquicardia, independientes de la enfermedad de base. Surge así el término:

“Síndrome de estar enfermo”.

Tiempo después Selye se graduó de médico y comenzó a desarrollar distintos experimentos con ratas comprobando la elevación de catecolaminas (ACTH, adrenalina y noradrenalina) y la presencia de úlceras gástricas. Este conjunto de alteraciones fueron llamadas “estrés biológico”.

Se define entonces al estrés como la respuesta no específica del organismo a cualquier demanda o amenaza del exterior, sea real o ficticia.

Estos mecanismos se activan para facilitar la adaptación del ser humano a su entorno y lograr una respuesta más adecuada a los distintos estímulos ambientales a los que se expone una persona cada día. Es un hecho habitual en nuestras vidas y no puede evitarse.

Muchas situaciones cotidianas como el aislamiento, ruidos, peligros, hacinamiento, son fuente de estrés.

Tanto los sucesos negativos como los positivos (como por ejemplo el ascenso en el trabajo que podría interpretarse como un hecho positivo en la vida de una persona) desencadena estrés por las nuevas responsabilidades que significa el cambio de status, etc.

Se puede dividir el desarrollo del estrés en 3 fases:

1 · Reacción de alarma: el organismo activa glándulas como hipotálamo e hipófisis localizadas en el cerebro, y las glándulas suprarrenales ubicadas sobre los riñones.
Cuando se presenta un estado de alarma o riesgo el cerebro estimula al hipotálamo que libera sustancias llamadas mensajeros. Un mensajero conocido es la hormona ACTH, que una vez que sale del hipotálamo se traslada hasta la glándula suprarrenal y se liberan otras hormonas llamadas corticoides. La médula suprarrenal libera también adrenalina, responsable de la mayoría de los síntomas.

2· Estado de resistencia: se desarrolla cuando la persona es sometida a agentes físicos, químicos o sociales en forma constante. En este momento el organismo continúa adaptándose. Se produce en este punto un equilibrio entre el medio interno y el ambiente externo, pero las glándulas suprarrenales, la hipófisis y el hipotálamo pueden llegar al agotamiento si esta situación persiste durante mucho tiempo.

3 · Fase de agotamiento: sobreviene cuando una situación de estrés que perdura durante mucho tiempo logra que la persona no pueda hacer frente a las demandas del ambiente exterior.

¿Qué sucede en cada lugar del organismo?

En el aparato digestivo se estimula la actividad y la motilidad intestinal con la producción de diarreas.

En el sistema nervioso se liberan catecolaminas y hormonas que desencadenan respuestas emocionales y físicas.

Mantienen en estado de alerta a la persona pero disminuyen la capacidad de poder resolver situaciones complejas.

En el aparato circulatorio y respiratorio la frecuencia cardiaca y la presión arterial aumentan. se acelera la respiración.

El flujo de sangre se redistribuye hacia los órganos donde

es más necesaria la oxigenación: los pulmones, músculos y cerebro.

La piel se torna fría por la acción de las catecolamina y la disminución de la irrigación.

Si la situación de estrés se mantiene durante mucho tiempo sin poder alcanzar un estado de relajación luego de una situación de alerta, repercutirá en cada uno de los órganos llegando a producir daños físicos y psicológicos.

Muchas enfermedades de la piel responden a situaciones sostenidas de estrés, como el acné, la soriasis y los eccemas.


Existe una mayor tendencia a contraer infecciones porque el sistema inmuno se deteriora con disminución de los glóbulos blancos. Se postula también la aparición de ciertos tumores relacionados con situaciones de estrés.

El peso también se encuentra alterado: en algunas personas disminuye el apetito con pérdida de peso y otras personas tienden a las ingestas compulsivas aumentando peso.

Las variaciones en el peso se encuentran también ligadas con los trastornos en el aparato digestivo;

Pueden aparecer diarreas, constipación y distensión abdominal. En el estómago es habitual la presencia de gastritis o úlceras.

La repercusión en el corazón se traduce con la aparición de elevación de la presión arterial, arritmias, angina de pecho e infarto de miocardio, lo que puede llevar a la muerte.

La circulación en otros órganos importantes como el cerebro se puede deteriorar y producir accidentes cerebrovasculares.

Las cefaleas tensionales son producto del estrés crónico, secundarias a las contracturas musculares que también provocan dolor de espalda y cuello.

Otro aspecto importante es la repercusión en el sueño.

Las situaciones de tensión y estrés crónico llevan a padecer insomnio de conciliación, es decir dificultad para dormirse, o insomnio de fragmentación: despertarse varias veces durante la noche.

La actividad sexual se encuentra generalmente alterada en situaciones de estrés y son frecuentes las irregularidades menstruales y la alteración de la fertilidad.

La concentración se altera y la pérdida de memoria hasta puede ser permanente.

Es importante establecer un diagnóstico diferencial entre las distintas enfermedades que tienen síntomas similares al estrés.

Los trastornos por estrés post traumático provocados por episodios como un asalto, accidente, etc. repercuten en el ritmo del ueño, existe falta de concentración y cambios en el humor.

En la depresión también se encuentran síntomas similares al estrés como los trastornos/alteraciones del reloj biológico, produciéndole alteraciones en el apetito, sueño y la memoria.

Los trastornos de ansiedad simulan un estado de estrés con alteraciones en la frecuencia cardiaca, cefaleas, síntomas gastrointestinales y dolor de pecho.

¿Existen personas más propensas a padecer estrés?

Aquellas personas que se encuentran aisladas o sin contención familiar o de amistades son propensas a padecer estrés.

La personalidad también predispone, ya que aquellas personas con personalidad tipo A:

* Agresiva, irritable, están más expuestas al estrés.

Ciertas profesiones tienen predisposición a padecer esta patología si no se alcanza una adaptación al medio.

La genética también jugaría un cierto papel, ya que algunas personas por factores heredados son más vulnerables a sufrir los efectos del estrés.

¿Cómo se trata?

Es difícil llevar adelante un tratamiento eficaz contra el estrés.

Se logran buenos resultados cuando se aplican distintas técnicas intentando identificar la fuente del estrés, poniendo en práctica estrategias para poder manejarlo y disminuirlo, como estados de relajación que permiten atenuar los síntomas.

En muchas terapias se le indica a la persona en tratamiento que anote en un cuaderno las actividades diarias, poniendo en primer lugar aquellas tareas que generan en la persona mayor irritabilidad o ansiedad o desencadenan síntomas como acidez.

Una vez identificada aquellas posibles fuentes de estrés se intenta alternar aquellas actividades desagradables con las que provoquen placer.

Se estimula la práctica de ejercicio físico y de trabajos manuales junto con cambios de ciertos hábitos como el consumo excesivode café o alcohol.

Las técnicas de relajación como la incorporación de respiraciones profundas en lugar de las respiraciones rápidas y superficiales que provoca el estrés forman parte del tratamiento junto con la práctica de yoga que facilita la relajación muscular.

Todas las actividades que ayuden al cerebro a distraer la atención de las actividades cotidianas, de los pensamientos y preocupaciones disminuyen la respuesta al estrés y mejoran la calidad de vida.

Las Terapias Complementarias Alternativas y la Naturomedicina, han demostrado ofrecer soluciones rápidas y efectivas.Por eso se recomienda consultar un Medico Naturista y/o un Naturoterapeuta



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